Te voy a contar un secreto, uno por tu propio bien.
Puedes pensar que el pasado tiene algo que decirte. Puedes pensar que deberías
escuchar, esforzarte por distinguir susurros, que deberías hacer lo imposible,
inclinarte para escuchar la voz que murmura desde el suelo, desde los lugares
muertos. Puede que pienses que ahí vas a encontrar algo, algo que comprender o
a lo que encontrar un sentido. Pero yo sé la verdad. La conozco de las noches
de frialdad. Sé que el pasado va a tirar de ti hacia abajo y hacia atrás, que
te va a engañar con el susurro del viento y los gemidos de los árboles, que te
va a impulsar a descifrar lo que no entiendes, a recomponer lo que estaba roto.
No hay esperanza. El pasado no es más que un lastre. Se instala en tu interior
como una piedra. Hazme caso. Si oyes que el paso te habla, si sientes que tira
de tu espalda y que te pasa los dedos por la columna, lo mejor que puedes
hacer, lo único, es correr.
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